jueves, 19 de abril de 2012

    La Fabulosa Vida de Audrey Hepburn


La infancia, la carrera y las anécdotas más relevantes de Audrey Hepburn, uno de los grandes iconos cinematográficos.




La pequeña Audrey creció rodeada de lujos y recibió clases para ser bailarina, su vocación más temprana. Durante la II Guerra Mundial en Bélgica, pasó hambre y fue testigo directo de las crueldades de los nazis.

Tras la contienda vivió en Londres, donde empezó a triunfar como modelo, por lo que enseguida llamó la atención de los productores de cine. Su primer papel fue en "Nederlands in 7 Lessen", donde era una azafata holdandesa de una línea aérea.
A continuación tuvo un papel más destacado en "Oro en barras", una divertida comedia, y en "Americanos en Montecarlo". Pero llamó más la atención con la comedia romántica "Young Wives Tale". La compañía estadounidense Paramount le ofreció un sustancioso contrato para irse a Hollywood, donde debutó con la celebérrima "Vacaciones en Roma", de William Wyler. A Audrey le iba al pelo el papel de princesa que decidía pasar un día viviendo como una ciudadana de a pie, con ayuda de un periodista interpretado por Gregory Peck.
"En Audrey no había ni pizca de mezquindad ni de egoísmo. Tenía muy buen carácter, y supongo que la gente se daba cuenta de eso. No era chismosa, traidora, mezquina ni ambiciosa, características que tanto abundan en este negocio. Es fácil querer a Audrey", declaró Gregory Peck. La actriz conquistó también a la Academia de Hollywood, que le concendió el Oscar a la mejor actriz.

Convertida en una celebridad internacional por esta película, Audrey pasó de William Wyler a Billy Wilder, que le dirigió en "Sabrina", donde era la hija de un chófer. Durante el rodaje mantuvo un sonoro romance con William Holden, a pesar de que éste estaba casado. Pero acabó rompiendo la relación porque se enteró de que Holden estaba vasectomizado, ya que ella deseaba con todo su corazón tener hijos.
Audrey Hepburn se casó con Mel Ferrer, que protagonizó con ella "Guerra y paz", digna adaptación de la extensa novela de Tolstoi. Ella se quedó embarazada pero desgraciadamente perdió el niño, lo que le provocó una profunda depresión. Sólo logró superarla cuando volvió a quedarse embarazada y dio a luz satisfactoriamente a Sean Hepburn Ferrer, su adorado primer hijo.

A Hepburn la emparejaban sobre todo con galanes maduros, como Fred Astaire, en "Una cara con Ángel" y Gary Cooper, en "Ariane". Su trabajo más logrado como intérprete es posiblemente el papel protagonista de "Historia de una monja", donde era una religiosa que iba al Congo, a trabajar de enfermera.
También rodó alguna cinta fallida, como "Los que no perdonan", un Western de John Huston, que llegó a declarar que no podía soportar esa película, pues el guión no estaba del todo bien resuelto. "Mansiones verdes", dirigida por Mel Ferrer, también es una película mediocre.

Muy superior es, sin duda, "Desayuno con Diamantes" donde Audrey interpretaba a Holly Golightly, su personaje más conocido, una chica que acude a fiestas en busca de un marido rico. Blake Edwards dirigió este gran clásico, que estaba basado en una novela de Truman Capote.
En "La calumnia" era una profesora acusada de mantener relaciones homosexuales por una niña vengativa. De nuevo se puso a las órdenes de William Wyler, que adaptaba la obra de Lilian Hellman. Exploró los territorios del suspense en "Charada" de Stanley Donen, junto a Cary Grant.

La experiencia de rodar "My Fair Lady" no fue completamente satisfactoria. El productor Jack Warner estaba empeñado en darle el papel protagonista a una gran estrella, por lo que prefirió contratar a Audrey Hepburn, en detrimento de Julie Andrews, que había triunfado como protagonista en los escenarios de Broadway. Claramente, Andrews habría hecho un buen trabajo cantando las canciones, pero Audrey tuvo que ser doblada.
En la noche de los Oscar, estaba nominada Audrey Hepburn, pero también Julie Andrews, que finalmente ganó la estatuilla, por "Mary Poppins", su primer largometraje. Además, en el discurso que dio, Andrews echó leña al fuego, pues le agradeció el premio a Jack Warner, el productor de "My Fair Lady".
El guionista Frederic Raphael y el director Stanley Donen trabajaron duramente para convencer a Audrey Hepburn de que aceptara el papel protagonista de la road movie "Dos en la carretera". Tenía un tono más descarnado y realista que las comedias dulces y romanticas que Hepburn se empeñaba en rodar siempre. Y además, estaba narrada sin orden temporal, a diferencia de las otras películas de la actriz. Pero consiguieron que aceptara el papel protagonista de lo que se convirtió en una irrepetible disección de la vida conyugal.

Al final de su carrera, Audrey Hepburn se apartó bastante del cine, pues estaba más preocupada por estar con su hijo. Tras divorciarse de Ferrer en 1968, volvió a casarse con Andrea Dotti, un médico mucho más joven que ella. Fruto de esta relación nacería Luca, su segundo hijo.
Ocasionalmente, rodaba alguna película. Es necesario mencionar la excepcional "Robin y Marian" muy superior a los otros títulos del final de su carrera, "Lazos de sangre", "Todos rieron", el telefilm "Amor entre ladrones" y "Always (Para siempre)", de Steven Spielberg, donde interpretaba a un ángel, papel que le venía al pelo.
Y es que en la vida real era igualmente angelical, pues colaboraba activamente en labores humanitarias. Fue nombrada embajadora especial de Unicef. Llegó a viajar a Somalia, en representación de esta organización, tres meses antes de su muerte, a pesar de que estaba ya muy enferma. Murió el 20 de enero de 1993, a los 63 años, en su casa de Tolochenaz, en Suiza.






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